domingo, 30 de septiembre de 2012

ME QUEDO CON VOS


Me quedo con tus conocimientos y habilidades… Eras el hombre que todo lo podía.

Con tus innumerables clichés y tu última palabra.

Con tu simpatía y capacidad de relacionarte con cualquier tipo de persona.

Me quedo con tu forma de manejar… El mejor piloto que he conocido.

Con tu amor por la velocidad y la adrenalina.

Con tu vida aventurera y esas anécdotas insuperables.

Me quedo con tus ojos de gato… Nunca vi el color de esa mirada en otro ser humano.

Con tu forma de criarme y ese amor paternal tan particular.

Con tu manera de vivir la vida y esa capacidad de no sentir miedo.

Me quedo con vos, papá… Me quedo con vos.

Flavia L.

lunes, 17 de septiembre de 2012

CON O SIN PARACAÍDAS... Por lo menos lo intento.


¡¡Saltá!! ¡Saltá, que yo te atajo! – Me gritaba desde abajo del edificio, con los brazos extendidos de par en par.
Yo solo miraba con preocupación ese eterno precipicio.
Desde un piso doce la gente se ve diminuta. Y ahí es donde te planteás qué tan grandes son los seres humanos en realidad. Tal vez son así de pequeños,  pero al idealizarlos u odiarlos, se convierten en gigantes inalcanzables.
Pero ese es tema de otro cuento.
Ese audaz arquero seguía abajo a los alaridos tratando de convencerme que me tire al vacío con el viejo pretexto de “confía en mí”.
Pero,  ¿Por qué confiar? Ya me habían mentido, manipulado, traicionado y decepcionado en otras ocasiones.
Pero, ¿Por qué no confiar? Si también me habían abrazado, protegido, comprendido y amado tanto, que hicieron que mis días sean extremadamente felices.
Y como en mi vida siempre pesan más los pros que los contras… Me tiré.
La presión de la gravedad contra el pecho fue tan fuerte y parecía tan real que logró despertarme exaltada.
Era solo un sueño, donde mi inconsciente me demostraba una vez más lo que era capaz de hacer sin medir consecuencias.
Me senté en la punta de la cama…
¿Saltar al vacío? Por las dudas me pongo paracaídas. Después de todo, por lo menos lo intento – Pensé. 

Flavia L.

viernes, 7 de septiembre de 2012

FUERA DEL MAPA

Despejo la mesa y extiendo el mapa.
Con las dos manos apoyadas en los extremos  y cara de incertidumbre lo contemplo en silencio.
Marco los lugares donde ya he estado y otros donde no quiero estar.
¿Hasta donde quiero llegar?- Me pregunto,  frunciendo los labios y levantando una ceja.
Con los ojos cerrados apunto con el índice varias veces en  mi atlas y siempre que miro estoy señalando fuera del mapa.
¿Frustración? No. Lo importante es saber lo que no quiero.
Calzo mi mochila al hombro  y me pongo los lentes de sol...
Me voy a buscar ese lugar fuera del mapa.
Deséenme buen viaje.

Flavia L.

domingo, 2 de septiembre de 2012

¿VISTE?

Le tiré veinte pesos al taxista y salí corriendo.
Abrí la puerta de la casa de té con tanta euforia que casi rompo el vidrio.
Esquivé un par de mesas pidiendo disculpas por mi torpeza hasta llegar donde estaba mi amiga.
Con una gran sonrisa intento saludarla.
Ella, sin percatarse que todo mi revuelo era solo por mis quince minutos de demora, empezó su monólogo...
¿Viste que pasan cosas buenas?
¿Viste que era cuestión de tiempo?
¿Viste que no tenías culpa de nada?
¿Viste que no tenías que pensar tanto?
¿Viste que te tenías que animar?
La miraba en éxtasis sin poder decir ni una palabra a cada una de sus preguntas. Hasta que formuló la ultima…
¿Cómo estas?
La abracé efusivamente y en voz baja seguí con el juego de incognitas… ¿Viste?

Flavia L.