domingo, 2 de septiembre de 2012

¿VISTE?

Le tiré veinte pesos al taxista y salí corriendo.
Abrí la puerta de la casa de té con tanta euforia que casi rompo el vidrio.
Esquivé un par de mesas pidiendo disculpas por mi torpeza hasta llegar donde estaba mi amiga.
Con una gran sonrisa intento saludarla.
Ella, sin percatarse que todo mi revuelo era solo por mis quince minutos de demora, empezó su monólogo...
¿Viste que pasan cosas buenas?
¿Viste que era cuestión de tiempo?
¿Viste que no tenías culpa de nada?
¿Viste que no tenías que pensar tanto?
¿Viste que te tenías que animar?
La miraba en éxtasis sin poder decir ni una palabra a cada una de sus preguntas. Hasta que formuló la ultima…
¿Cómo estas?
La abracé efusivamente y en voz baja seguí con el juego de incognitas… ¿Viste?

Flavia L.