viernes, 24 de enero de 2014

LAS PIEZAS DEL ROMPECABEZAS

Era una de esas tardes donde mi nonna limpiaba el mármol limpio y yo la miraba sin hablar, manoseando todas las gomitas frutales que estaban en la caramelera de la mesa de la cocina.
Podían pasar largos minutos, hasta que ella finalmente accedía.
- ¿Qué querés saber ahora? - Me preguntó sin darse vuelta, ya que sus relucientes azulejos le permitían ver mi reflejo. 
- ¿A quien me parezco? - Pregunta que debe ser de psicoanálisis, pero en ese momento no tenia pensado hacer terapia.
Sin hacer una pausa para pensarlo un segundo, empezó a poner ingredientes a ojo, muy a lo napolitano.
Los gestos de mi mamá. La sonrisa de mi papá. El pelo y las manos de mi tía Luana. La cintura y curiosidad de mi abuelo paterno. La paciencia de mi abuela Modesta. Los ojos de una hermana de ella, que no recuerdo el nombre, eran muchos. Los silencios de mi tío Mario. Las piernas y el carácter de ella. ¡Mamma Mía!
Logró armarme un rompecabezas que hasta lo que yo creía no tenia piezas.
- Y yo que pensé que no me parecía a nadie - Le dije mientras terminaba de separar los caramelos rojos de los naranjas.
Me paré y me llevé un manojo de los rojos, los de naranja nunca me gustaron...
No se de cual pieza del rompecabezas habré sacado eso.